10 de agosto de 2008

Feliz Domingo Cartagena

Domingo. Por primera vez sudo sólo al despertarme. Después de una ducha, viento y diluvio.
Una temperatura exquisita que calculo rondó los veinticinco grados permitió en Cartagena que llevemos adelante una vida y no un simple letargo, una simple supervivencia.
Los ojos se deshinchan. La sangre vuelve a circular alegre y fluida por nuestros cuerpos.
Algo más, hay mate.
Hoy descubrí cuán ligada está la felicidad al mate y a la temperatura.

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