22 de junio de 2007

Pasajeros furiosos incendiaron vagones en la estación de Temperley. - (Título Diario Clarín)

Hoy el diario nos despierta con una manifestación mas de la lucha entre oprimidos que presenciamos, y de la que formamos parte, día a día. En una esquina un grupo de personas que hartas de las irresponsabilidades y el maltrato a los que están sometidos diariamente por parte de una empresa ferroviaria deciden, en un acto reflejo violento, incendiar un vagón del tren. En la otra esquina, otro puñado de ciudadanos que cansados por los incumplimientos en el suministro eléctrico decidieron manifestarse cortando las vías del tren.
Si bien se trata de dos hechos que de habituales se vuelven casi imperceptibles, encuentro en ellos una particularidad que me hace especialmente feliz. Esta vez, el diablo giró demasiado su cola y el golpe dio en otro lado. En el cuento habitual, episodios como estos concluyen en un fuerte enfrentamiento entre los dos combatientes. Enfrentamientos que, al igual que aquella imagen en la cual el árbol tapa el bosque, no dejan percibir el verdadero y profundo conflicto generador que aquellas pequeñas manifestaciones. Por una vez, el coletazo golpeó directamente a la empresa ferroviaria que en una cadena de acontecimientos terminó castigada por el corte de vías realizado en protesta contra otra empresa. El enroque finalmente evitó lo que sucede día a día, oprimidos luchando contra oprimidos bajo la mirada controladora de los emperadores cual verdadero circo romano. Por una vez, y casi de casualidad, la justicia se coló sin avisar y sin decir demasiado.
¿Acaso pensaron que sería gratuito? ¿Acaso se piensan tan impunes? Acaso lo son... ¿? No lo se, solo espero que no. Y en días como hoy creo que mi esperanza tiene algún que otro fundamento. Lo que hoy sucede de modo fortuito espero devenga en hecho construido y conciente. Espero devenga en lucha clara. Espero en definitiva que algún día no muy lejano todos los títeres miremos hacia arriba y veamos finalmente los hilos. Y que el coletazo del diablo finalmente golpeé donde debe golpear.